lunes, 22 de julio de 2013

Martino: el camino de Rosario a Barcelona.



Para estas horas el mundo futbolístico se revolvió con la noticia de la designación del nuevo técnico del Barcelona FC. Primero se conoció la noticia del adiós de Tito Vilanova. Se despidió de la escuadra catalana para dedicarse a su delicada salud. Los nombres para su reemplazo comenzaron rápidamente a sonar y entre ellos apareció el de el Tata Martino.
Finalmente su nombramiento fue un hecho. Un premio a una trayectoria de seriedad y logros deportivos que ocupan esta nueva entrada en mi blog.




El camino hacia Barcelona ha sido largo y arduo. Gerardo Daniel Martino nació un 20 de Noviembre de 1962 en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Su padre lo asocio de muy chico en Newell's Old Boys de Rosario, donde a los 10 años comenzó la practica de futbol en el club.
A los 17 años, un 15 de junio de 1980, debuto en la primera de Newell's enfrentando a Platense, ocupando el puesto en el cual se destacaría en toda su carrera como jugador: mediocampista ofensivo.
Resulto ser un gran player, mostrando un traslado y manejo de pelota que lo destaco por el resto.
En Newell's, Martino se convirtió en el jugador que mas partidos jugo en la historia del club rosarino, con 505 encuentros, siendo también el que mas títulos ganó, llegando incluso a disputar una final de Copa Libertadores, en 1988, la cual perdió ante Nacional de Montevideo.



El Tata Martino, vistiendo los colores de su amado Newell's Old Boys y la cinta de capitán.


Martino festejando con los hinchas de Newell's el Campeonato de Primera División del 87/88.

El Tata lograría con Newell's el Campeonato local de 1987/88, el torneo Integración en 1990 y el torneo Clausura en 1992, estos dos últimos bajo la dirección técnica de Marcelo Bielsa.
A pesar de esta gran cantidad de partidos jugados en la Lepra, el ''Tata'' tal es su apodo, no solo fue jugador de Newell's sino que supo vestir otras camisetas.
En 1991 viaja a España para sumarse a préstamo al Tenerife para retornar a los pocos meses a Newell's donde juega hasta 1994, año en el que pasa a Lanús. En el club granate jugara solo un año para volver nuevamente al rojinegro rosarino. En 1996 tuvo un paso fallido por el O'Higgins de Chile, donde casi ni jugo, para terminar su carrera en 1996, en el Barcelona de Guayaquil, Ecuador.


El Tata en el ocaso de su carrera, con la camiseta del Barcelona de Guayaquil.

Luego de dos años de descanso, el Tata Martino comienza su trayectoria como Director Técnico haciéndose cargo de Brown de Arrecifes, un equipo en ese entonces de la Primera B Nacional, al cual dirige durante todo 1998. Al año siguiente dirige a Platense, también durante solo un año. En 2000 es contratado por Instituto de Córdoba, club al que dirige hasta 2001.
Su carrera como DT continuaría fuera de la Argentina. En 2002 se convierte en nuevo técnico del Libertad de Paraguay donde consigue nada menos que 5 campeonatos durante 2002 y 2003. Luego, en 2004, sigue residiendo en Paraguay, donde pasa a dirigir a Cerro Porteño, club con el cual también se consagra campeón en el Apertura y Clausura paraguayo de ese año.
Martino, luego de este triunfal paso por Paraguay, retorna a Argentina para ponerse el buzo de DT de Colon de Santa Fe durante 2005. Sin embargo a fines de ese año vuelve a tierras paraguayas para encargarse nuevamente de la dirección técnica del Libertad, club con el que sale campeón, otra vez, en 2006.


Estos logros lo llevan a ser elegido para dirigir nada menos que a la Selección de Paraguay, cargo que ocuparía desde 2006 hasta 2011, consiguiendo la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010, donde llega con el equipo hasta cuartos de final. También llego a cuartos de final en la Copa América del 2007 y fue sub-campeón de la misma competición en el 2011.



El Tata Martino como DT de Paraguay.



Todos los caminos conducían a Rosario. El sueño de dirigir al club de sus amores se concretaba. Martino era nuevo DT de Newell's.
Con el retorno de Maxi Rodríguez, Gabriel Heinze, el afianzamiento de Lucas Bernardi y la explosión de Ignacio Scocco, Martino logra ser campeón con Newell's también como DT.
Además llega a semifinal de Copa Libertadores quedando eliminado por penales por el Atlético Mineiro.


El juego de toque, el mirar siempre al arco rival, el intentar siempre jugar lindo sin mezquindades, el priorizar el buen juego ante todo fue lo que marco a fuego el estilo del Tata Martino DT. 
Fue lo que logro que hoy se convierta en el cuarto argentino en dirigir al Barcelona (Helenio Herrera, Roque Olsen y César Luis Menotti fueron los otros 3).
El Tata Martino firmo por 3 temporadas para hacerse cargo de uno de los mejores equipos del mundo. Para el ámbito futbolero español es casi una incógnita ya que no lo conocen tanto, sin embargo saben que la recomendación vino por el lado de Lionel Messi, ya que lo conoce de Newell's.
También es una incógnita como será su desempeño. Se sabe que los resultados mandan, mas en un club de la categoría del Barcelona.
Yo creo que la designación le llega a Martino en el mejor momento. Es un excelente profesional, serio y coherente. Además, su visión futbolística tiene mucho que ver con lo que el Barça estuvo mostrando los últimos años. Por supuesto que hay gente que lo mira de reojo, con algo de desconfianza. Mi deseo es que logre todo o mas de lo que logro Guardiola. Capacidad y jugadores le sobran. Mas teniendo en cuenta que en este nuevo equipo catalán a Messi lo estará acompañando nada menos que Neymar. Habrá futbol del bueno asegurado. Solo espero que lo dejen trabajar y se le den los resultados.
Desde aquí, le deseo la mejor de las suertes.
Habemus TATA!


 
 
                                      

 "El Tata siempre tuvo mucha fidelidad con sus ideas. Ser humano integral, admirable. No me siento maestro, aprendí mucho de él" Marcelo Bielsa. 

domingo, 14 de julio de 2013

La despedida del Burrito Ortega.



EL BURRITO ORTEGA Y SU DEFINITIVO ADIOS.

Decidí aprovechar el partido despedida de el Burrito Ariel Arnaldo Ortega para inaugurar mi blog de futbol.
Mas allá de mi fanatismo por el Club Atlético River Plate, hay ciertos jugadores, pocos, que trascienden los colores y generan respeto por casi todas las hinchadas. Este es el caso de Ariel Ortega, como lo fue en su momento Martin Palermo, Ricardo Bochini y el gran Enzo Francescoli.
Con gambetas, goles, desfachatez, valentía, aciertos y desaciertos, el Burrito se hizo una carrera por mas de uno envidiable.
La historia en si de Ariel Ortega parece un cliché. El típico nene del interior, chico en edad y tamaño, que a simple vista no generaba mucha esperanza, pero que al ponerle una pelota en los pies se transformaba en una usina de futbol, desairando a cualquier oponente, mostrando atrevimiento y habilidad de esa que pocos poseen.
Así fue el comienzo de una carrera que lo trajo hasta acá, hasta un estadio de River Plate colmado de gente, como si se tratara de una final, simplemente para verlo por ultima vez con la camiseta del Millonario, esa que tanto ama, por la que dio todo.
Es el día de hoy que solo fui a la Bombonera una vez. River era una maravilla en ese año 1994 y mucha culpa de eso la tenia este jujeño quiebracinturas. A él quería ver, en semejante desafío. Un clásico frente a Boca en cancha xeneize.
Ese 30 de Abril de 1994 estuve presente cuando el Superclásico se lo llevo el River de Passarella venciendo 2-0 al Boca de Menotti. Mis nervios eran un volcán en erupción. La Bombonera era una caldera y Boca se venia con todo. Sin embargo recuerdo que cada vez que la pelota caía en los pies del Burrito sentía una paz inmediata, como que la cosa se emparejaba e inclinaba hacia el lado de River cuando el juego pasaba por Ariel.
El arbitro determina penal para Boca. Se me nublo el cielo de golpe. La hinchada de Boca eufórica. Sentía que me festejaban el fallo del juez en la cara. El uruguayo Manteca Martínez agarra la pelota, la pone en el punto del penal y se dispone a ejecutar. Yo no sabia si mirar o cerrar los ojos. Suerte que mire, porque Sodero, el arquero de River atajo ese penal! La hinchada de River volvió a respirar y estallamos en una ovación que envolvió la Bombonera por completo. A partir de ahí fue otro partido. River comenzó a tocar y dominar el juego, lo que desemboco en una maravilla del Burrito. Encaró por la derecha del área, se metió con esa velocidad que lo caracterizó siempre y clavó un disparo en el ángulo del arco defendido por el Mono Navarro Montoya. Golazo! Mi garganta se despidió de mi. Minutos mas tarde una jugada del Huevo Toresani desembocó en el segundo gol de River mediante un cabezazo de Crespo que cerró el partido con un definitivo 2 a 0. Inolvidable. Perfecto. Soñado.
Bueno, tan perfecto no fue porque a la salida la hinchada de Boca interceptó un micro con hinchas de River y asesinaron a dos personas. Es difícil que en el futbol argentino la alegría sea completa.
Y con esto no estoy poniendo a la barra de Boca como el malo de la película, porque en este caso si lo fueron, como en otro momento lo fue la de River, Racing, Independiente, etc. El futbol no es todo lo lindo que podría ser por culpa de los barras, pero ese es otro tema, del cual me ocupare seguramente en otra entrada.


La historia del Burrito siguió con la inevitable venta a Europa. Después de debutar en el Mundial de EEUU siendo la revelación de un equipo golpeado anímicamente por la descalificación del Diego por parte de la FIFA, Ariel es transferido dos años después de River al Valencia de España donde juega 29 partidos y convierte 9 goles. Un año después pasa a la Sampdoria de Italia. Ahí jugo hasta 1999 un numero de 27 partidos concretando solo 8 conquistas. Su siguiente camiseta fue la del Parma, la cual vistió 18 veces gritando gol solo 3 veces. Era evidente que Europa no le sentaba del todo bien al Burrito. Extrañaba esa gran banda roja que le cruzo el pecho con orgullo. Esa gloriosa camiseta tan pesada para muchos, tan bien amada y defendida por Ariel.

Ariel en Valencia.

 Con la casaca de la Sampdoria.

 En el Parma.
 

El retorno a su casa se concreto en el 2000 donde en su vuelta marco 23 goles en 53 partidos. Los números hablan por si solos. Sin embargo una oferta del Fenerbahçe de Turquia fue imposible de rechazar y el Burrito emigra de nuevo hacia otras canchas. Ariel jugo con este equipo turco de colores rivales a la historia de River solo 14 partidos metiendo 5 goles, hasta que se peleo con todo el mundo y se marcho del club dejando sin cumplir el contrato firmado, lo cual le trajo suspensiones, problemas legales y muchos dedos apuntándolo y juzgándolo.

 En el equipo turco.
 

El Burrito vuelve a la Argentina, pero esta vez no pudo hacerlo en su casa, muy a su pesar se tuvo que mudar a Rosario y ponerse la camiseta de Newell's, dirigido por uno de sus descubridores, Américo Rubén Gallego. En la Lepra jugo 53 partidos, metió 11 goles y se corono campeón en 2004 siendo, junto al recién surgido Ignacio Scocco, de los mejores jugadores del equipo rosarino.

 Con Newell's.

De todos modos la vuelta al hogar no iba a tardar. Su tercer regreso a River Plate se concreta entonces en 2006, donde juega 82 partidos y concreta 12 goles, coronándose campeón en 2008 siendo este el ultimo titulo que conseguiría con la Banda Millonaria.

 Campeón con River 2008.

Su problema con el alcohol le siguió trayendo inconvenientes, sobretodo con el DT de turno en ese entonces, Diego Simeone, con quien compartió muchos momentos en la Selección. El Cholo lo termina marginando del equipo y el Burrito, en medio de criticas y declaraciones explosivas, se ve forzado a abandonar River una vez mas. Paso a préstamo al Independiente Rivadavia de Mendoza, jugando el Nacional B, luego a All Boys por un corto periodo y finalmente jugando sus últimos partidos como profesional en Defensores de Belgrano, su ultima camiseta.

 Con la camiseta de Independiente Rivadavia de Mendoza.

 Vistiendo los colores de All Boys.

 Finalizando su carrera en Defensores de Belgrano.


Su participación en la Selección Argentina consto de 87 partidos y 17 goles convertidos entre 1993 y 2010, jugando los mundiales de USA 94, Francia 98 y el papelón de Corea-Japón 2002. La Selección lo vio campeón de los Juegos Panamericanos en 1995.
En River conquisto 6 torneos locales y una Copa Libertadores.
En total, el Burrito jugo 416 partidos y convirtió 103 goles.

 El Burrito jugando la final de la Libertadores que River gano en 1996.
 
 
Se extrañara esa gambeta, ese quiebre de cintura mortífero para cualquier defensa, esa pegada, ese pase perfecto, esa velocidad y por sobretodo ese amor por los colores Riverplatenses, que lo puso en ese pedestal que bien ganado se lo tiene. El pedestal del ídolo indiscutido. Ídolo de River y del futbol. Del futbol bien jugado, del juego bonito que tanto buscamos y tan pocos nos pueden dar en estos días.
Quien sabe que destinos le deparan al Burrito Ortega. Uno quiere pensar que estará por siempre vinculado a River. Dirigiendo tal vez las inferiores y quien dice algún día al primer equipo. O no. Lo que sea que a Ortega lo mantenga en contacto con el Club Atlético River Plate, su casa.
Adios Burrito, gracias por tanto!