domingo, 14 de julio de 2013

La despedida del Burrito Ortega.



EL BURRITO ORTEGA Y SU DEFINITIVO ADIOS.

Decidí aprovechar el partido despedida de el Burrito Ariel Arnaldo Ortega para inaugurar mi blog de futbol.
Mas allá de mi fanatismo por el Club Atlético River Plate, hay ciertos jugadores, pocos, que trascienden los colores y generan respeto por casi todas las hinchadas. Este es el caso de Ariel Ortega, como lo fue en su momento Martin Palermo, Ricardo Bochini y el gran Enzo Francescoli.
Con gambetas, goles, desfachatez, valentía, aciertos y desaciertos, el Burrito se hizo una carrera por mas de uno envidiable.
La historia en si de Ariel Ortega parece un cliché. El típico nene del interior, chico en edad y tamaño, que a simple vista no generaba mucha esperanza, pero que al ponerle una pelota en los pies se transformaba en una usina de futbol, desairando a cualquier oponente, mostrando atrevimiento y habilidad de esa que pocos poseen.
Así fue el comienzo de una carrera que lo trajo hasta acá, hasta un estadio de River Plate colmado de gente, como si se tratara de una final, simplemente para verlo por ultima vez con la camiseta del Millonario, esa que tanto ama, por la que dio todo.
Es el día de hoy que solo fui a la Bombonera una vez. River era una maravilla en ese año 1994 y mucha culpa de eso la tenia este jujeño quiebracinturas. A él quería ver, en semejante desafío. Un clásico frente a Boca en cancha xeneize.
Ese 30 de Abril de 1994 estuve presente cuando el Superclásico se lo llevo el River de Passarella venciendo 2-0 al Boca de Menotti. Mis nervios eran un volcán en erupción. La Bombonera era una caldera y Boca se venia con todo. Sin embargo recuerdo que cada vez que la pelota caía en los pies del Burrito sentía una paz inmediata, como que la cosa se emparejaba e inclinaba hacia el lado de River cuando el juego pasaba por Ariel.
El arbitro determina penal para Boca. Se me nublo el cielo de golpe. La hinchada de Boca eufórica. Sentía que me festejaban el fallo del juez en la cara. El uruguayo Manteca Martínez agarra la pelota, la pone en el punto del penal y se dispone a ejecutar. Yo no sabia si mirar o cerrar los ojos. Suerte que mire, porque Sodero, el arquero de River atajo ese penal! La hinchada de River volvió a respirar y estallamos en una ovación que envolvió la Bombonera por completo. A partir de ahí fue otro partido. River comenzó a tocar y dominar el juego, lo que desemboco en una maravilla del Burrito. Encaró por la derecha del área, se metió con esa velocidad que lo caracterizó siempre y clavó un disparo en el ángulo del arco defendido por el Mono Navarro Montoya. Golazo! Mi garganta se despidió de mi. Minutos mas tarde una jugada del Huevo Toresani desembocó en el segundo gol de River mediante un cabezazo de Crespo que cerró el partido con un definitivo 2 a 0. Inolvidable. Perfecto. Soñado.
Bueno, tan perfecto no fue porque a la salida la hinchada de Boca interceptó un micro con hinchas de River y asesinaron a dos personas. Es difícil que en el futbol argentino la alegría sea completa.
Y con esto no estoy poniendo a la barra de Boca como el malo de la película, porque en este caso si lo fueron, como en otro momento lo fue la de River, Racing, Independiente, etc. El futbol no es todo lo lindo que podría ser por culpa de los barras, pero ese es otro tema, del cual me ocupare seguramente en otra entrada.


La historia del Burrito siguió con la inevitable venta a Europa. Después de debutar en el Mundial de EEUU siendo la revelación de un equipo golpeado anímicamente por la descalificación del Diego por parte de la FIFA, Ariel es transferido dos años después de River al Valencia de España donde juega 29 partidos y convierte 9 goles. Un año después pasa a la Sampdoria de Italia. Ahí jugo hasta 1999 un numero de 27 partidos concretando solo 8 conquistas. Su siguiente camiseta fue la del Parma, la cual vistió 18 veces gritando gol solo 3 veces. Era evidente que Europa no le sentaba del todo bien al Burrito. Extrañaba esa gran banda roja que le cruzo el pecho con orgullo. Esa gloriosa camiseta tan pesada para muchos, tan bien amada y defendida por Ariel.

Ariel en Valencia.

 Con la casaca de la Sampdoria.

 En el Parma.
 

El retorno a su casa se concreto en el 2000 donde en su vuelta marco 23 goles en 53 partidos. Los números hablan por si solos. Sin embargo una oferta del Fenerbahçe de Turquia fue imposible de rechazar y el Burrito emigra de nuevo hacia otras canchas. Ariel jugo con este equipo turco de colores rivales a la historia de River solo 14 partidos metiendo 5 goles, hasta que se peleo con todo el mundo y se marcho del club dejando sin cumplir el contrato firmado, lo cual le trajo suspensiones, problemas legales y muchos dedos apuntándolo y juzgándolo.

 En el equipo turco.
 

El Burrito vuelve a la Argentina, pero esta vez no pudo hacerlo en su casa, muy a su pesar se tuvo que mudar a Rosario y ponerse la camiseta de Newell's, dirigido por uno de sus descubridores, Américo Rubén Gallego. En la Lepra jugo 53 partidos, metió 11 goles y se corono campeón en 2004 siendo, junto al recién surgido Ignacio Scocco, de los mejores jugadores del equipo rosarino.

 Con Newell's.

De todos modos la vuelta al hogar no iba a tardar. Su tercer regreso a River Plate se concreta entonces en 2006, donde juega 82 partidos y concreta 12 goles, coronándose campeón en 2008 siendo este el ultimo titulo que conseguiría con la Banda Millonaria.

 Campeón con River 2008.

Su problema con el alcohol le siguió trayendo inconvenientes, sobretodo con el DT de turno en ese entonces, Diego Simeone, con quien compartió muchos momentos en la Selección. El Cholo lo termina marginando del equipo y el Burrito, en medio de criticas y declaraciones explosivas, se ve forzado a abandonar River una vez mas. Paso a préstamo al Independiente Rivadavia de Mendoza, jugando el Nacional B, luego a All Boys por un corto periodo y finalmente jugando sus últimos partidos como profesional en Defensores de Belgrano, su ultima camiseta.

 Con la camiseta de Independiente Rivadavia de Mendoza.

 Vistiendo los colores de All Boys.

 Finalizando su carrera en Defensores de Belgrano.


Su participación en la Selección Argentina consto de 87 partidos y 17 goles convertidos entre 1993 y 2010, jugando los mundiales de USA 94, Francia 98 y el papelón de Corea-Japón 2002. La Selección lo vio campeón de los Juegos Panamericanos en 1995.
En River conquisto 6 torneos locales y una Copa Libertadores.
En total, el Burrito jugo 416 partidos y convirtió 103 goles.

 El Burrito jugando la final de la Libertadores que River gano en 1996.
 
 
Se extrañara esa gambeta, ese quiebre de cintura mortífero para cualquier defensa, esa pegada, ese pase perfecto, esa velocidad y por sobretodo ese amor por los colores Riverplatenses, que lo puso en ese pedestal que bien ganado se lo tiene. El pedestal del ídolo indiscutido. Ídolo de River y del futbol. Del futbol bien jugado, del juego bonito que tanto buscamos y tan pocos nos pueden dar en estos días.
Quien sabe que destinos le deparan al Burrito Ortega. Uno quiere pensar que estará por siempre vinculado a River. Dirigiendo tal vez las inferiores y quien dice algún día al primer equipo. O no. Lo que sea que a Ortega lo mantenga en contacto con el Club Atlético River Plate, su casa.
Adios Burrito, gracias por tanto!
 
 
 
 

 
 


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